Nuestra fábrica se encuentra en un antiguo taller de redes de pesca en la zona de Puerto Naos en Arrecife.
Un poco de historia.
Costas tranquilas y su especial orografía determinaron la atracción que tuvo este lugar para su desarrollo a lo largo de la historia, siendo protagonista de las diferentes épocas de la isla de Lanzarote
Las primeras embarcaciones que zarpaban desde Puerto Naos navegaban a vela. Eran barcos de pesca que faenaban en la costa de África Occidental, desde Marruecos hasta Cabo Blanco.
Además del vino, que comienza a cultivarse en la isla tras las erupciones volcánicas de Timanfaya (1730-1736), será la barrilla el producto de exportación que afianzará a Arrecife desde el punto de vista comercial y urbano, produciéndose un importante desarrollo del puerto en las últimas décadas del siglo XVIII y las primeras del XIX.
Del muelle comercial también salían productos agrarios como la cochinilla, la cebolla, la legumbre y el tabaco.
La sal tuvo su protagonismo, pero lo que supuso el mayor crecimiento económico para la isla fue el desarrollo de la industria pesquera.
Lanzarote contó con una flota sardinal que llegó a ser la más importante de Europa y por extensión del mundo. Gracias a su intensa actividad, comenzó a desarrollarse la industria de procesados de pescado, como la salazón y las conservas. En los años 60 se sustituyó la salazón y el pescado seco por las conservas. Arrecife llegó a tener hasta seis empresas conserveras de reconocidas marcas, convirtiéndose Puerto Naos en el auténtico pulmón económico de la isla, a principios de los años 80, el negocio de la pesca suponía el 70% de la economía insular.
Años más tarde el sector de la pesca entraría en una crisis irrecuperable originando la caída del sector pesquero así como el abandono de las conserveras.
El puerto en nuestros días.
El puerto de Arrecife es un gran desconocido para la mayoría de los habitantes de Lanzarote. La historia de las últimas décadas ha marcado un rumbo de olvido hacia el mar. Los cambios que provocaron el hundimiento del sector pesquero han hecho que la sociedad le de la espalda al puerto, a pesar de que el puerto de Arrecife sigue siendo ese gran pulmón por el que respira la isla y uno de los lugares con más solera.